Desde el 1 de julio de 2010, esta etiqueta ecológica de la UE sustituye a todas las demás etiquetas ecológicas existentes en Europa. Esto demuestra que no utilizamos pesticidas ni fertilizantes químicos. El uso de protección biológica de los cultivos y fertilización natural reduce la carga sobre el medio ambiente. Los productos deben contener al menos un 95% de ingredientes ecológicos auténticos.